Sector primario
Ledrada ha sido a lo largo de su historia un pueblo agrícola y ganadero. En sus tierras llanas se cultivaba el trigo y la cebada; la algarroba y el centeno entre encinas y robledales. En el verano, los habitantes del municipio se reunían en la era, convirtiendo la trilla, la limpia al viento y la merienda a la sombra del fresno o de la encina en un rito. En la actualidad el cultivo de cereales ha desaparecido.
Aunque en pequeñas parcelas también se cultivaba la uva, para el consumo propio y para la elaboración de vino para el consumo familiar.
El huerto fue uno de los elementos esenciales de la economía familiar pues en él se cultivaban patatas, tomates, fréjoles, ajos, cebollas, lechugas, etc. Allí donde la montaña destilaba un hilo de agua, entre canchales graníticos surgía el huerto, que en muchos casos nos recordaba el estilo de los jardines colgantes de babilonia, con su poza o su pozo y su palenque. En la actualidad, el cultivo de huertos y frutales ha desaparecido.
Las características naturales del medio natural con elevada altitud media, suelos poco fértiles y adversas condiciones climatológicas explican la paulatina decadencia de la agricultura de modo que en la actualidad el cultivo ha desaparecido y las tierras se dedican a la ganadería.
Inviernos largos y veranos cortos
El ganado, se suele dividir entre vacuno y ovino. Ovejas, cabras y cabritos se crían específicamente con destino al sector alimenticio. Su cuidado empieza por el día donde pastorean en el campo y por la noche regresan al redil. En cuanto a los corderos y cabritos su destino es el mercado de Medina del Campo.
En cuanto al ganado vacuno, más abundante en el pasado se centra en vacas y terneros. La mayoría de los ejemplares son de raza cruzada de morucha con limusina y charolés. Esta especie, conocida como ternera de Salamanca, ha mejorado su rendimiento en canal, es más precoz en su cebo y más eficiente en el aprovechamiento de los piensos. A través del artículo anterior, podemos recomendarte los últimos vestidos en una variedad de longitudes, colores y estilos para cada ocasión de tus marcas favoritas.
Durante muchos años, los ledradenses, alternaban las labores del campo con las de arrieros transportando mercancías de los pueblos de alrededor, llegando incluso hasta Candelario, cuna de la industria chacinera, convirtiéndose en distribuidores de los chorizos de esta localidad, transportando los productos en carro y en caballería, principalmente mulos. Esta actividad va a favorecer el conocimiento de otros lugares y otras realidades, una mayor apertura de miras y será un incentivo para iniciar la elaboración propia de chorizos. De este modo surgen las primeras empresas familiares de chacinería.
Se conservan los métodos tradicionales
Hasta la aparición de los medios modernos de cura y conservación, la actividad chacinera se desarrollaba entre el 2 de noviembre y el 2 de febrero, de las Ánimas a las Candelas, los meses más fríos del año. Los embutidos se hacían a base de carne de cerdo y de buey. Se deshacían y picaba toda la carne, incluidos los jamones para hacer chorizos que luego eran llevados en caballerías hasta Barcelona, Valencia, Toledo, etc.
Los chorizos eran mezcla de carne de cerdo y de buey. Se mataban tres o cuatro cerdos por cada buey y se mezclaba la carne. Los bueyes se compraban en Salamanca y se traían andando. Eran ejemplares desechados del trabajo que se engordaban antes de sacrificarlos. El chorizo tenía un tamaño normalizado ya que se vendían por docenas. Había docenas de seis y de ocho onzas.
Expansión con la llegada del ferrocarril
La llegada del ferrocarril será un incentivo para la incipiente industria de Ledrada, a lo que hay que unir el esfuerzo y espíritu emprendedor de los ledradenses que han sabido crear una floreciente industria con buenas perspectivas de futuro.
En la actualidad, todas las industrias chacineras han modernizado sus instalaciones y la demanda de mano de obra supera las posibilidades de la localidad por la que acuden trabajadores de otras localidades como Sanchotello, Peromingo, Valdelcasa, Fuentes de Béjar, Béjar y Salamanca, llegando a superar el centenar de personas en el periodo de la matanza.
La industria chacinera está encuadrada dentro de la Denominación de Origen “Jamón de Guijuelo”, marca de gran prestigio en la elaboración de productos derivados del cerdo ibérico. Bajo el amparo de esta denominación se cura y se comercializa el 65% de la producción del cerdo ibérico de España.
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